Fuente: LUN
Con más de 220.000 departamentos de entrega inmediata buscando dueño, el sector inmobiliario está pasando tiempos difíciles. Actualmente hay decenas de edificios que llevan más de dos años en oferta. “Esto le pone presión a la inmobiliaria para vender lo más pronto posible ya que necesitan devolver el dinero que pidieron al banco para construir el edificio; por ende, bajan los precios. En esa situación están muchos proyectos en este minuto”, evidencia Daniel Serey, gerente de estudios de la plataforma de compra y venta Toctoc, en cuyas estadísticas se detectó una importante baja en el precio de los departamentos listos para habitar en el Gran Santiago.
Santiago Truffa, PhD en Business Administration de la Universidad de Berkeley y académico del ESE Business School de la Universidad de los Andes, confirma que la contracción de la demanda es bastante considerable. “Las inmobiliarias venían con muchas unidades y justo ahora está entrando un montón de oferta nueva por lo que hay un sobrestock de nuevas viviendas. Se están demorando en vender incluso más que para la crisis Subprime (2007). En tiempos normales, el promedio para agotar el stock es de 24 meses; hoy la cifra alcanza los 40 meses. Hay proyectos que llevan mucho más tiempo. Eso genera una presión en las finanzas de las inmobiliarias”, explica.
Como los desarrolladores necesitan agilizar las ventas, el ajuste se ve en los precios, añade el académico. “El negocio de las inmobiliarias es un negocio financiero. Si se demoran mucho en vender, los costos financieros se las terminan comiendo. Por eso es por lo que se ven ajustes paulatinos en los precios de las viviendas nuevas. Las inmobiliarias están complicadas”, admite.
Truffa enfatiza en que la caída en la demanda responde a cuestiones coyunturales. “La economía está súper lenta, lo que influye en la capacidad de pago de los trabajadores. También incide el factor inflación. Como los departamentos están en UF, ese 12% de alza (de inflación) se fue íntegra al precio de las viviendas. Una tercera causa fue el aumento de la tasa de interés, que hace que las personas no estén calificando para un crédito hipotecario, o les alcanza para departamentos que no son los que ellas quieren. Todo eso hace que la capacidad de compra se haya visto disminuida de una manera importante”, sostiene.