Fuente: PortalInmobiliario.com
Si un inmueble está a precio de mercado, no debería pasar más de 90 días en venta, ya que cuanto más tiempo esté una propiedad en oferta, más desconfianza genera en el comprador. Las estadísticas señalan que los bienes raíces que se venden más rápido son aquellos que tienen el precio adecuado desde el primer día en que se empiezan a comercializar.
Ahora bien, definir el precio de venta de una propiedad no es una tarea que se puede realizar mediante un cálculo fijo, ya que cada bien tiene características diferentes. Es por esto que es importante que, como agente inmobiliario, estés al tanto de los factores que determinan un precio competitivo que agilice la venta de la propiedad, sin dejar de recibir la rentabilidad adecuada en la transacción.
Evaluar el estado del inmueble te permitirá calcular un costo aproximado. Para ello, se debe chequear la estructura de la vivienda y las condiciones en las que se encuentra, además de los detalles y años desde su construcción. Algunos indicadores que se requiere medir son: metros cuadrados, área construida, servicios, acabados, terraza, el número de dormitorios, baños, estancias. vida útil, entre otros.
Conocer el barrio para distinguir los atributos que rodean al inmueble es esencial. Hacer un listado con los servicios cercanos, tales como abastecimiento, transporte y movilidad, áreas verdes, complejos educativos, entre otras, te dará las primeras luces del costo del inmueble.
Del mismo modo, debes investigar si hay propiedades en venta en el sector, y averiguar en cuánto se están vendiendo. Esos referentes son muy valiosos en un estudio de mercado ya que reflejan la ubicación y su valorización por superficies, tipología y antigüedad. Este análisis te permitirá acotar el rango de precio e ir acercándote a un precio correcto de venta.
Una vez recopilada y procesada toda esta información, podrás argumentar el valor y fijar un precio final de venta del inmueble. Recuerda que si la tasación de tu propiedad está por encima del promedio, será muy difícil vender, a menos que tu bien raíz cuente con una plusvalía lo suficientemente atractiva que justifique su alto valor. En este sentido, los planes de obras en el sector, o las oportunidades de mejora que se podrían realizar en el mismo bien, y que representan una mejor calidad de vida, equivaldrían a una mayor tasa de oportunidad y valorización.
Todas estas recomendaciones pueden guiarte al momento de ponerle precio a una propiedad. No obstante la precisión necesaria para lograr fijar un precio justo de venta, dependerá fuertemente de la capacidad de análisis y la experiencia con la que cuente el agente inmobiliario.